Este aparador clásico se encontraba situado en un salón pero debido a un cambio de domicilio fue ubicado en la nueva y moderna cocina de su nueva casa. El pobre se sentía un poco desubicado y por eso decidimos darle una nueva apariencia y transformarlo en la pieza con más personalidad de toda la estancia.
Fue necesario decolorar el mueble para eliminar el tinte color caoba y decidimos combinar la preciosa madera con un gris actual. Finalmente aplicamos un barniz satinado que le aportó un poco de brillo y el dotó de una mayor resistencia para su uso diario.
Como se suele decir ¡Año nuevo, vida nueva! Y no hemos encontrado un mejor ejemplo que esta preciosa transformación.