Durante muchos años esta bonita caja sirvió para guardar lapiceros, tesoros, cartas... Fue un valioso un objeto de juego con el que varias generaciones disfrutaron y por fin le ha llegado el momento de recuperarse y tener un breve descanso.
Resultado del uso presentaba adherencias, manchas en el interior, faltas en ciertas zonas, abundantes desgastes que tras la limpieza nos mostraron una pintura que mantenía un buen estado de conservación.
Una vez colocado de nuevo un espejo como tendría en origen la caja, la cerradura o pasador y reintegrando con detalle las zonas faltantes aquí tenéis el resultado.
Desde Tu Restauradora esperamos que os guste el resultado y que nunca tiréis estos tesoros que, aunque no por su valor monetario si por su valor emocional merecen ser conservados.