Este pequeño mueble entro en el taller con un buen estado estructural pero con pequeños defectos que hacían que perdiese parte de su encanto. El barniz se encontraba deteriorado por el desgaste mecánico, el efecto de la luz y por haber soportado recipientes con humedad en reiteradas ocasiones lo que provoca esos dibujos redondos y blanquecinos en ciertas partes que los restauradores llamamos "pasmados".
Tras retirar todo el barniz oxidado, reconstruir las rejilla de las puertecitas de la parte de la cajonera e hidratar la madera con goma laca a muñequilla el resultado es el de las última imágenes.
Aunque el acabado ideal en goma laca es el mueble completamente brillante para obtener de esta manera una mayor protección, nuestro cliente no buscaba ese efecto sino únicamente una protección mínima y un acabado más natural de la madera.
Esperamos que os guste el resultado y os dejamos el consejo del día: "Nunca dejéis ningún recipiente con agua sobre ningún mueble de madera", de esa manera evitaréis esas marcas blancas que solo se pueden eliminar con la retirada del barniz y su aplicación posterior.